La oración como transformación personal
Las dos últimas semanas he estado fuera de Honduras dirigiendo los ejercicios espirituales a los misioneros claretianos en Guatemala y San José. He estado tan absorbido que he descuidado mi colaboración en este blog. Los ejercicios espirituales son días intensos de oración, en su ambiente de retiro de las actividades ordinarias y plenamente dedicados a la escucha de la Palabra, a la revisión de vida, al discernimiento de la voluntad de Dios en la vida personal y en la tarea encomendada. En artículos anteriores he compartido algunas reflexiones sobre la oración como “acto de fe” y como “expresión de la comunión de vida con Dios”. Motivado por la experiencia de los ejercicios espirituales, quiero prolongar mis comentarios desde una nueva perspectiva que sale al paso de una objeción frecuentemente formulada por algunos, a saber, que la oración es paralela a la vida, no tiene incidencia en ella, no cambia a las personas o que al menos en muchos casos, eso es lo que ocurre. To