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Mostrando entradas de abril, 2009

La pascua de mi padre

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  Escribo estas reflexiones desde Burgos (España). El viernes santo a las 9:00 am hora española, a la 1:00 am hora hondureña, falleció mi padre. Pude viajar en avión esa misma mañana y llegar el sábado para celebrar su funeral y enterrarlo en el pueblo serrano donde nació, creció, trabajó, amó y vivió la mayor parte de su vida. Descansa en la tierra que regó con su sudor y de la que sacó el pan para su familia. Enterramos el cuerpo pero no la esperanza de la vida en el Señor. Hacía frío y nevaba pero el espíritu ardía de amor y de fe. La muerte de las personas más queridas pone a prueba toda nuestra vida y levanta preguntas como cruces clavadas en el alma. Para mí, la medida de las personas y el valor de la vida está en las respuestas que damos a estas preguntas últimas. Solemos decir que la muerte es “ley de vida”. Pero en el fondo quisiéramos que nadie se nos muriera, porque la “ley de vida” no es la ruptura, la separación y el olvido sino la comunión permanente en el amor. Quier

Semana SANTA, de ti depende

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  El Domingo se inicia una nueva semana. Se la llama tradicionalmente “Semana Santa”. Pero quiero decirte que la próxima semana será, para ti, lo que tú hagas de ella. Será santa si la vives santa y religiosamente. Será pagana si en tu corazón y en tu horario no hay sitio para Jesucristo. Será justa y recta si prácticas la justicia y la responsabilidad. Estará impregnada de injusticia y corrupción si tal es tu comportamiento. Será pacífica y pacificadora si cuidas la paz en tu corazón y la promueves en tus relaciones. Reinará en ella la violencia y la destrucción si te arrastra el egoísmo hasta hacer de tus manos instrumentos de robo y de muerte. Será humana si te mantienes en sobriedad y honestidad. Será animal sino eres dueño de tus pasiones   desordenadas. ¿Cómo quieres vivirla? De ti depende.   Los cristianos católicos, estemos donde estemos, hacemos memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en quien creemos, a quien amamos y en quien radica nuestra espe

Dios me está buscando

  Cuando leo algunas parábolas de Jesús revivo escenas de la vida campesina y pastoril de mi pueblo natal. La Parábola del pastor que va en busca de la oveja perdida (Lc. 15, 4-7) me parece una estampa de mis recuerdos. ¡Cuántas veces, mi padre, al regresar a casa con el rebaño de ovejas, nos decía: “me vuelvo al monte que falta una oveja. He preguntado a los vecinos, a Felipe, a Víctor, a Simón y dicen que no la han visto, que con las suyas no está”.   Y allá se internaba, en la oscuridad de la noche y en la soledad de la montaña, acompañado de su perro de carea. Y cuando regresaba con ella, al hombro, (es la mejor manera de cargar una oveja) avisaba a los vecinos: “ya la encontré”. Vamos al bar de Pepe. Hay que celebrarlo con unos vinos”.   ¿Será verdad que Dios es así? ¿Será verdad que le interesamos tanto como para ir en nuestra búsqueda y alegrarse contagiosamente cuando nos encuentra y celebrar fiesta en el cielo y en la tierra?   La historia de la humanidad no es sól