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Mostrando entradas de 2009

La pascua de mi padre

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  Escribo estas reflexiones desde Burgos (España). El viernes santo a las 9:00 am hora española, a la 1:00 am hora hondureña, falleció mi padre. Pude viajar en avión esa misma mañana y llegar el sábado para celebrar su funeral y enterrarlo en el pueblo serrano donde nació, creció, trabajó, amó y vivió la mayor parte de su vida. Descansa en la tierra que regó con su sudor y de la que sacó el pan para su familia. Enterramos el cuerpo pero no la esperanza de la vida en el Señor. Hacía frío y nevaba pero el espíritu ardía de amor y de fe. La muerte de las personas más queridas pone a prueba toda nuestra vida y levanta preguntas como cruces clavadas en el alma. Para mí, la medida de las personas y el valor de la vida está en las respuestas que damos a estas preguntas últimas. Solemos decir que la muerte es “ley de vida”. Pero en el fondo quisiéramos que nadie se nos muriera, porque la “ley de vida” no es la ruptura, la separación y el olvido sino la comunión permanente en el amor. Quier

Semana SANTA, de ti depende

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  El Domingo se inicia una nueva semana. Se la llama tradicionalmente “Semana Santa”. Pero quiero decirte que la próxima semana será, para ti, lo que tú hagas de ella. Será santa si la vives santa y religiosamente. Será pagana si en tu corazón y en tu horario no hay sitio para Jesucristo. Será justa y recta si prácticas la justicia y la responsabilidad. Estará impregnada de injusticia y corrupción si tal es tu comportamiento. Será pacífica y pacificadora si cuidas la paz en tu corazón y la promueves en tus relaciones. Reinará en ella la violencia y la destrucción si te arrastra el egoísmo hasta hacer de tus manos instrumentos de robo y de muerte. Será humana si te mantienes en sobriedad y honestidad. Será animal sino eres dueño de tus pasiones   desordenadas. ¿Cómo quieres vivirla? De ti depende.   Los cristianos católicos, estemos donde estemos, hacemos memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en quien creemos, a quien amamos y en quien radica nuestra espe

Dios me está buscando

  Cuando leo algunas parábolas de Jesús revivo escenas de la vida campesina y pastoril de mi pueblo natal. La Parábola del pastor que va en busca de la oveja perdida (Lc. 15, 4-7) me parece una estampa de mis recuerdos. ¡Cuántas veces, mi padre, al regresar a casa con el rebaño de ovejas, nos decía: “me vuelvo al monte que falta una oveja. He preguntado a los vecinos, a Felipe, a Víctor, a Simón y dicen que no la han visto, que con las suyas no está”.   Y allá se internaba, en la oscuridad de la noche y en la soledad de la montaña, acompañado de su perro de carea. Y cuando regresaba con ella, al hombro, (es la mejor manera de cargar una oveja) avisaba a los vecinos: “ya la encontré”. Vamos al bar de Pepe. Hay que celebrarlo con unos vinos”.   ¿Será verdad que Dios es así? ¿Será verdad que le interesamos tanto como para ir en nuestra búsqueda y alegrarse contagiosamente cuando nos encuentra y celebrar fiesta en el cielo y en la tierra?   La historia de la humanidad no es sól

La oración como transformación personal

Las dos últimas semanas he estado fuera de Honduras dirigiendo los ejercicios espirituales a los misioneros claretianos en Guatemala y San José. He estado tan absorbido que he descuidado mi colaboración en este blog. Los ejercicios espirituales son días intensos de   oración, en su ambiente de retiro de las actividades ordinarias y plenamente dedicados a la escucha de la Palabra, a la revisión   de vida, al discernimiento de la voluntad de Dios en la vida personal y en la tarea encomendada. En artículos anteriores he compartido algunas reflexiones sobre la oración como “acto de fe” y como “expresión de la comunión de vida con Dios”. Motivado por la experiencia de los ejercicios espirituales, quiero prolongar mis comentarios desde una nueva perspectiva que sale al paso de una objeción frecuentemente formulada por algunos, a saber, que la oración es paralela a la vida, no tiene incidencia en ella, no cambia a las personas o que al menos en muchos casos, eso es lo que ocurre. To

Mortificación para la libertad

La cuaresma viene asociada tradicionalmente a la “mortificación”. Pero esta realidad ha sufrido un estrechamiento y reducción de perspectivas. Es preciso ubicarla en su verdadero contexto espiritual para tener una visión más amplia, positiva y liberadora. Vida espiritual es la vida personal animada y guiada por el Espíritu Santo. Él es quien nos hace hijos en el Hijo. Él es quien une a los creyentes con Cristo. Él es quien impulsa a la evangelización, y en lo hondo de la conciencia hace comprender y aceptar la Palabra de salvación. Es el Espíritu quien santifica desde dentro al creyente y quien   se convierte en principio de vida moral, de tal manera   que estamos llamados a vivir según el Espíritu. Pero el creyente no sólo experimenta la fuerza del Espíritu, dador de vida y comunión, sino que también comprueba en sí mismo fuerzas de muerte, de disgregación y de pecado. Tendencias de la “carne” y del “Espíritu” Con San Pablo, podemos decir que el hombre experimenta la

La vocación de educadores

La educación siempre ha estado entre las ocupaciones de la Iglesia, porque “nada hay verdaderamente humano que no encuentre   eco en su corazón” (Vaticano II, “La Iglesia en el mundo actual”, n. 1). La Iglesia particular   o diócesis de San Pedro Sula reconoce la importancia de la   educación en la vida de las personas y aprecia la tarea   de los educadores. Para motivar, acompañar y   formar a los educadores   y para promover   y coordinar la actividad educativa, cuenta con una comisión diocesana de pastoral educativa. Hoy sábado, han realizado su primera asamblea del año 2009. Han compartido su ardiente   deseo por una educación   de calidad para todos, especialmente para los pobres y han reafirmado su convicción de que los docentes y educadores   son la piedra angular de toda   reforma y renovación educativa. El día veinte exponía algunas reflexiones   sobre la responsabilidad de los educadores y   definía la responsabilidad como la capacidad de responder   del propio comp

Educadores responsables

Ha empezado el año escolar lleno de interrogantes, señal de graves preocupaciones. ¿Cuántos días de clase tendrán los alumnos? ¿Qué marca de calidad llevará la enseñanza? ¿Cuándo se solucionarán los conflictos magisterio – ministerio de educación? ¿Seguirán pagando los escolares las consecuencias? Escribo hoy algunas consideraciones sobre la responsabilidad educativa. ¿Qué resonancias tiene en usted esta palabra: “responsabilidad”? Hago la pregunta porque las palabras escuchadas o leídas no llegan sólo a la inteligencia sino que despiertan también emociones, recuerdos, experiencias diversas en cada oyente o lector.   Quizá en algunos evoca el sentido de carga, peso, agobio, que no queda más remedio que llevar pero que ni nace de dentro ni es fuente de felicidad. En este caso la responsabilidad se vive como limitación a la libertad, como si la responsabilidad impidiera el despliegue de la libertad personal. En otros, puede despertar la experiencia de satisfacción por el deber

La misión: gratitud y alegría desbordantes

Todo discípulo es misionero Los que escucharon las palabras de verdad y de vida que salieron de la boca de Jesús, los que experimentaron los efectos saludables de verle, oírle y tocarle no se callaron sino que dieron gloria a Dios y difundieron las noticias con grandes muestras de admiración. Jesucristo, a los que llamó para que le siguieran, los envió a anunciar el Reino. A los   que hizo sus amigos íntimos los hizo también   sus cooperadores en la misión. A quienes hizo sus discípulos les encargo hacer nuevos discípulos de todos los pueblos. La misma llamada de Jesús vincula a su persona y a su causa: el anuncio del Reino de Dios. La escucha de su Palabra hace discípulos y mensajeros, oyentes y anunciantes. El seguimiento de Jesús   es adhesión a su persona y colaboración en su misión. “Por eso, todo discípulo es misionero” (DA. 145). “Discipulado y misión son como dos caras de una misma medalla” (DA. 146). Anunciar a Jesucristo La Iglesia, comunidad de discípul

Memoria agradecida

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El sábado, 30 de enero, presidí la Eucaristía de acción de gracias por los cincuenta años de vida religiosa de Sor Luz Adela Serrano y por los cincuenta años de matrimonio de su hermana Sara Serrano, casada con Jorge Alberto. Estaba presente   la mamá de sor Luz Adela y de Doña Sara, casi centenaria.   En octubre cumplirá 100 años de edad. La celebración eucarística y el posterior almuerzo con la familia y con las hermanas salesianas despertaron en mí sentimientos de alegría y gratitud. ¡Cómo no alegrarme y unirme al agradecimiento de Sor Luz Adela y del matrimonio Sara   y Jorge! Celebrar 50 años   de fidelidad en la personal y específica vocación es hacer memoria agradecida de una historia de gracia y de amor de Dios que como hilo conductor ha ido uniendo los diversos   acontecimientos de la vida. Para quienes miran su historia con ojos de fe todo es gracia. El cristianismo es una religión de “la memoria”. Toda la Sagrada Escritura es la “memoria escrita” de las mar

¡Obispo de San Pedro Sula!

Sí, me llegaron rumores de que andaba mi nombre en danza para obispo de San Pedro Sula, pero no hice caso y nunca pensé que fuera en serio. Sólo había estado tres años en Honduras, apenas con tiempo para abrir los ojos y los oídos a la realidad, y de eso hacía veinte años. En mi agenda de Superior Provincial tenía señalada la segunda quincena de enero del 95 para visitar a los claretianos de la Provincia de Castilla en Honduras y despedirme de ellos, pues se incorporaban a la Provincia Claretiana de Centroamérica. El 19 de noviembre del año 1994 me llamó el Sr. Nuncio en Madrid, D. Mario Tagliaferri, para comunicarme, después de varias preguntas y comentarios sobre mi estancia en Honduras, que el Papa me había nombrado obispo de la Diócesis de San Pedro Sula. Me quedé de una pieza. La noticia me desbordaba por completo. No estaba preparado para ella. No entraba en mis pensamientos ni como posibilidad. No podía ser. Me pasó como al P. Claret “Espantado de mi nombramiento no q

La Familia Templo

Del 16 al 18 se ha celebrado en México el VI Encuentro Mundial de las Familias. Aunque sea con unos días de retraso quiero recoger algunos de sus mensajes con la imagen de la “familia templo”. La casa de la familia cristiana: Iglesia doméstica El libro de los Hechos nos dicen que los primeros fieles de Jerusalén “partían el pan en sus casas y tomaban su alimento con alegría y sencillez de corazón”   (Hechos 2, 46) Los apóstoles “en el templo y en las casas no cesaban   de enseñar   y anunciar el Evangelio” (Hecho 5,42). Pablo en sus cartas, especialmente en sus saludos, se refiere a la familia como “Iglesia doméstica”. Col. 4, 15   “Saludos a Ninfas y a la iglesia de su casa”. Rom.16, 3-5: “saludos de Prisca y Aquila,…   con la Iglesia de su casa”. Si templo, en diversas religiones, es el lugar donde los fieles se reunen para el encuentro con la divinidad, si el templo es “como la casa de Dios”, ahora la casa familiar es el templo de Dios. La “Iglesia”, es decir l

Conocer a Jesús es nuestro gozo

El cristianismo es un “evangelio”, es decir una buena noticia para la humanidad y, por tanto, causa de profunda alegría. Es cierto que no podemos cerrar los ojos a la realidad de sufrimiento o injusticia. Es cierto que anunciamos al Crucificado, “al varón de dolores”. Pero de aquí no podemos deducir que el creyente cristiano es una persona sin alegría en su vida o que cristianismo y alegría son realidades reñidas entre sí. El encuentro con Jesucristo, causa de alegría Los evangelios sinópticos son la narración del encuentro de Jesucristo con las muchedumbres, con los discípulos, con diversos grupos sociales y religiosos, con personas particulares, en situación de sufrimiento, búsqueda y esperanza. El encuentro con Jesucristo es causa de profunda e inmensa alegría para quienes lo buscan y lo acogen con sencillo y creyente corazón. La concepción y nacimiento de Jesús es un acontecimiento que hace correr, saltar y cantar de alegría. María, a quien el Ángel ha invitado a la a

Una vida unificada o dispersa

Les ofrezco hoy unas reflexiones sobre el nivel psico-espiritual desde   el que vivimos la vida cotidiana, pues considero que pueden servirnos de orientación a la hora de plantearnos nuestras tareas al comienzo del año. Podemos vivir a un nivel que voy a calificar de “dispersión”. Vivir disperso es vivir desparramado y en todos los sentidos. Falta un yo que unifique. Se vive muy apegado al tener cosas, actividades, ideas. Tener o ser es el dilema de un conocido libro de Erich Froom. Ser frente a tener es la formulación de una necesidad hondamente sentida. Y sin embargo, no son dimensiones   opuestas sino subordinadas. Pero ocurre con frecuencia que se subordinada el ser al tener; entonces se vive fuera   de si mismo, disperso en las cosas que nos reclaman. Se han invertido los términos. Ya no es el yo original y verdadero quien es “señor” de las cosas y establece una relación de uso para su desarrollo integral   y el desarrollo solidario de los demás sino que las cosas se ens

Dense a tener grandes deseos

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Al empezar el nuevo año, las personas nos deseamos paz, prosperidad, bendiciones de Dios, éxito en nuestros trabajos y proyectos. Los hombres y mujeres de fe expresamos a Dios nuestros deseos de ser mejores, de trabajar por la justicia y la conciencia armoniosa, de ser responsables y honestos en el trabajo y cuidar las relaciones familiares. Hasta las instituciones formulan sus metas y objetivos. ¿Qué pensar de esta práctica? ¿Sirven para algo estos buenos deseos? ¿Es una forma de auto engaño o un dinamismo de crecimiento? Tuve un compañero muy realista decía él, muy pesimista decía yo, que afirmaba: “para no desilusionarse, lo mejor es no ilusionarse”. En este caso uno mismo escribe   de antemano la sentencia: “muerto por suicidio espiritual”. Yo me apunto al sentir de Santa Teresa de Jesús que decía a sus monjas: “dense a tener grandes deseos”. “Dios quiere ánimas animosas”, no opacadas y alicaídas. Quien nada desea, nada alcanza. Quien mucho desea algo puede lograr.