Semana SANTA, de ti depende

 


El Domingo se inicia una nueva semana. Se la llama tradicionalmente “Semana Santa”. Pero quiero decirte que la próxima semana será, para ti, lo que tú hagas de ella.

Será santa si la vives santa y religiosamente. Será pagana si en tu corazón y en tu horario no hay sitio para Jesucristo.

Será justa y recta si prácticas la justicia y la responsabilidad. Estará impregnada de injusticia y corrupción si tal es tu comportamiento.

Será pacífica y pacificadora si cuidas la paz en tu corazón y la promueves en tus relaciones. Reinará en ella la violencia y la destrucción si te arrastra el egoísmo hasta hacer de tus manos instrumentos de robo y de muerte.

Será humana si te mantienes en sobriedad y honestidad. Será animal sino eres dueño de tus pasiones  desordenadas.

¿Cómo quieres vivirla? De ti depende. 

Los cristianos católicos, estemos donde estemos, hacemos memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en quien creemos, a quien amamos y en quien radica nuestra esperanza. Nos reunimos en los templos de la cuidad, de la colonia suburbana, del pueblo o de la aldea para conmemorar y vivenciar su amor entregado hasta la muerte y recompensado en la resurrección. Salimos a las calles pavimentadas o polvorientas en “manifestación pública” de que Jesucristo es el “Camino, la Verdad y la Vida”• para nuestra Honduras, en defensa de la paz y la justicia entre nosotros y en comunión con los que hoy cargan las cruces más pesadas.

¿Eres de los nuestros? Únete a la comunidad, en el lugar donde te encuentres. Necesitas ir a las fuentes de la vida cristiana para revitalizarla.

En el Domingo de Ramos únete a los seguidores de Jesucristo que proclaman el triunfo de la paz. El triunfo de la bendición. El triunfo de la mansedumbre. El triunfo de la pobreza solidaria. El triunfo de la alegría. El triunfo de Jesús, el Mesías, el Cristo. 

Siéntate el Jueves Santo en la mesa de los amigos de Jesús. Para sentirte amado hasta el extremo y aprender la gran lección del amor entregado y servicial. Siéntate y come el Pan de vida  para hacer de tu persona un pan partido y compartido con los demás de manera que todos los días sean “Jueves Santo”

En el Viernes Santo, contempla a Jesucristo crucificado hasta que  te lo sepas de memoria, hasta que te compenetres con Él y te sientas tan reconciliado y transformado que puedas decir: “es Cristo quien vive en mí”. Y de la contemplación de Jesús en la cruz pasa a su contemplación en el rostro de los pobres, de los excluidos, de los sufrientes de hoy. Y compórtate con ellos como lo haría el mismo Jesucristo.

Escucha, en la Vigilia del Sábado Santo y el Domingo de Resurrección, la “buena noticia”: “El Señor ha Resucitado”. Y cree de corazón de modo que la alegría, el consuelo y la esperanza te llenen hasta desbordar. Cuéntaselo a los demás. Da testimonio de Jesucristo Resucitado. No ha triunfado la injusticia, la violencia y la muerte. Ha triunfado el Dios del amor y de la Vida. En Él ponemos nuestra esperanza, que no quedará defraudada.

 

Te deseo una Santa Semana y una feliz Pascua de Resurrección.

 

+ Ángel Garachana Pérez, CMF
Obispo de San Pedro Sula

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