Pastoral sacerdotal


Del 14 al 18 del presente se ha realizado la semana de formación permanente del clero. Noventa y seis sacerdotes y cuatro obispos han reflexionado y dialogado sobre el modelo de parroquia según el documento de Aparecida.

Vale la pena resaltar tanto el hecho de la reunión formativa como el tema tratado. Los fieles  conocen de la vida del sacerdote de su parroquia, saben de sus actividades pastorales, de sus esfuerzos por acompañarlos en el camino de la vida cristiana, del cuidado y solicitud por los pobres y enfermos, de los planes de formación de delegados, catequistas, etc. ¿Pero quién acompaña, cuida, anima, forma a los sacerdotes? También ellos necesitan renovar su vida espiritual, formarse permanentemente, tener con quien hablar y de quien  recibir un consejo oportuno y una palabra de ánimo.

El primer responsable del cuidado de los sacerdotes es el obispo. Así se lo pide la Iglesia en el n. 384 del derecho canónico: “El obispo diocesano atienda con peculiar solicitud a los presbíteros a quienes debe oír como a sus cooperadores y consejeros, defienda sus derechos y cuide de que cumplan debidamente las obligaciones propias de su estado, y de que dispongan de aquellos medios e instituciones que necesitan para el incremento de su vida espiritual e intelectual; y procure también que se provea,  conforme a la norma del derecho, a su honesta sustentación y asistencia social.”

Así nos lo pidió el Papa Benedicto XVI a los obispo de Honduras  en nuestra visita “ad limina”: “En esta urgente tarea de anunciar  la buena nueva de la salvación, contáis con la ayuda inestimable de vuestros sacerdotes. Ellos, siendo los primeros colaboradores en vuestra misión pastoral, han de ser también los principales destinatarios de vuestra solicitud de padres, hermanos y amigos, prestando atención a su vida espiritual y a sus necesidades materiales”.

Para mejor  realizar esta tarea, los obispos cuentan con la ayuda de algunos sacerdotes que forman la llamada “comisión diocesana del clero”. Esta comisión es un organismo de ayuda al obispo para un mejor servicio a los sacerdotes en su vida y ministerio.

Representantes de las comisiones diocesanas forman la “Comisión Nacional del Clero”, comisión que he presidido, en nombre de la Conferencia Episcopal, durante nueve años. Esta Comisión Nacional viene organizando tres eventos anuales: el encuentro de sacerdotes ordenados en los diez últimos años, la  semana de formación permanente y el encuentro nacional del clero.


Las Comisiones del Clero se ha propuesto  cuatro objetivos, así formulados:
·        Promover y animar la renovación humana de los ministros ordenados para su plena realización personal y comunitaria.
·        Promover la renovación espiritual de los sacerdotes para que respondan con mayor fidelidad a su vocación y misión.
·        Promover y animar la formación teológica y cultural de  de los sacerdotes para que realicen con mayor  eficacia su ministerio.
·        Promover la renovación pastoral de los ministros ordenados para el ejercicio fructuoso de su ministerio en la Iglesia.

A este conjunto de organismo y  acciones que contribuyen al crecimiento integral y permanente de los sacerdotes en todas las dimensiones de su vida: humana, espiritual, intelectual y pastoral, la llamamos “pastoral sacerdotal”.

La realidad afrontada en la reciente semana de formación de los sacerdotes, “la parroquia según Aparecida”, es de gran importancia y actualidad. La parroquia es como el ámbito en que repercuten los elementos fundamentales de la vida cristiana: discipulado, comunidad, misión, iniciación cristiana, servicio de caridad, etc. Merece que le dedique una reflexión específica.



+ Ángel Garachana Pérez, CMF
Obispo de San Pedro Sula

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