Una nueva parroquia


El domingo día 1 de Julio será una fecha histórica  para los fieles católicos del sector de Dos Caminos.  Sus deseos se han hecho realidad y sus esfuerzos han fructificado. En la misa concelebrada con Monseñor Roberto, obispo de  Jericó (Colombia) y con los presbíteros John Jairo, Hernán, Giovanny, Enemecio y Pablo Emilio, acompañados por un millar de fieles, erigí la nueva parroquia  de “La Visitación de Nuestra Señora”.

Y con ésta ya son 17 las parroquias que he erigido en los 13 años  de ministerio episcopal, más cuatro cuasiparroquias, signo elocuente del crecimiento poblacional y del aumento de sacerdotes en la diócesis sampedrana.

La nueva parroquia  es una segregación  de la parroquia San Ramón Nonato con sede en Villanueva. Ha sido posible gracias a la generosidad de  Mons. Roberto, que ha enviado dos sacerdotes de  su diócesis de Jericó, Colombia. Y gracias al P. John  Jairo y al P. José Ivan que fueron preparando las  personas, las comunidades y los organismos pastorales para que, cuando llegare el momento propicio, lo que era un sector pastoral de la extensa y poblada parroquia de San Ramón Nonato pasara a ser parroquia con autonomía pastoral y jurídica.

Los fieles católicos han trabajado con ilusión,  entrega y sacrificio. La alegría y satisfacción que ahora  tienen se reflejaba claramente en su rostro y en la celebración litúrgica. Es la alegría compartida  que nace de la fe en Jesucristo y del amor  que  los reúne como comunidad parroquial.

No piensen que, al ser una división  de otra parroquia ya existente, la nueva es pequeña. No, en la diócesis de San Pedro todas las parroquias  son grandes  o por extensión geográfica o por  número de pobladores. La parroquia de La Visitación se extiende desde el río Chamelecón hasta la entrada a Villanueva (Pueblo Nuevo y Siboney), desde el departamento de Santa Bárbara hasta el municipio de San Manuel. Comprende cincuenta y cinco comunidades entre colonias y aldeas y una población aproximada de 40,000 habitantes.

El párroco P. Hernán Suarez y su coadjutor P. Giovanny Parra van a tener abundante trabajo pastoral. Pero no están solos. Cuentan con un laicado preparado, formado y organizado. ¡Qué alegría me produce escuchar de obispos y sacerdotes que nos visitan: “Monseñor, qué trabajo  tan admirable el de los laicos en su diócesis: le felicito”!.

No estamos haciendo otra cosa que ser, vivir y construir una Iglesia de  comunión y participación. Intentamos hacer vida lo del canto, tan conocido: “Iglesia soy y tú también”.  “La parroquia representa de alguna manera a la Iglesia visible extendida por todo el mundo. Es signo visible de la Iglesia Universal” (Vaticano II, Luturgia, 42). La realización más concreta de la Iglesia en un lugar.

“La comunión eclesial encuentra su expresión más visible e inmediata en la parroquia. Es, en cierto modo, la misma Iglesia que vive en las casas de sus hijos y de sus hijas” (Juan Pablo II, Los fieles laicos, 26). Lo más genuino de la parroquia es su trabazón comunitaria, es decir la vida cristiana en común de los bautizados de un  determinado territorio, donde transcurre  la vida normal de las personas, donde tienen sus casas, su  vida, sus vecinos.

Aparecida (ya sabe, la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano) afirma que “no hay discipulado sin comunión (n. 156) y desarrolla la imagen de parroquia como” lugar privilegiado  en el que la mayoría  de los fieles tienen una experiencia concreta de Jesucristo y la comunión eclesial” (n. 170)

La comisión nacional del clero está preparando  la semana de formación permanente de los sacerdotes  para el mes de Julio. Tiene por título “La parroquia según Aparecida”. Así que tendré  oportunidad de seguir profundizando en  el valor y significado de la parroquia hoy, de conocer por experiencia la vida real de nuestras parroquias y de continuar compartiendo con ustedes mis reflexiones y orientaciones.




+ Ángel Garachana Pérez, CMF
Obispo de San Pedro Sula

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